¿A qué edad cambia más tu rostro?

¿Alguna vez has adivinado la edad de una persona con sólo mirar su expresión facial? En la mayoría de los casos, es posible hacerlo, al menos cerca de su verdadera edad, pero en algunos casos, las personas también tienden a verse mucho más jóvenes o mucho más viejas de lo que se supone. Varios factores juegan un papel en esto que mencionaremos más adelante, pero el más común es la edad. Nuestra piel simplemente no es la misma en nuestros años veinte y cincuenta. Entonces, echemos un vistazo a los cambios que uno puede esperar en cada uno de estos períodos.

Cómo cambia nuestra cara con el tiempo

Fuente:health.harvard.edu

Hay tantos productos que tienen como objetivo eliminar los signos del envejecimiento, pero no todos funcionarán en todas las etapas de tu vida. Para prevenir a tiempo algunos de los principales signos del proceso de envejecimiento, también es necesario saber qué sucede exactamente en el rostro a los 20, 30 y 40 años.

Los años veinte son el momento de empezar una rutina de piel sana

Grandes cantidades de colágeno dan a la piel un brillo saludable a esta edad. Pero esto no es cierto para todos. Muchos de ellos comienzan a tener acné durante este período, incluso si nunca antes lo habían tenido. También comienzan a aparecer granos, con mayor frecuencia en la parte inferior de la cara y alrededor de la mandíbula. Según el médico de Let Skin Care Clinic, se recomienda utilizar productos antiinflamatorios que contengan niacina y vitaminas especiales que le den a la piel un aspecto más saludable, la mayoría de los cuales los encontrarás cuando te visite este sitio.

Este es el momento crucial para comenzar a cuidar adecuadamente su piel porque influirá en cómo se verá la piel en períodos posteriores de la vida. Entonces, tu rutina debería, por ejemplo, incluir el uso de protector solar casi todos los días. Además, es importante trabajar la elasticidad, por lo que incluir antioxidantes en la rutina matutina es una buena idea. Durante este período, la piel de la cara tiene la mayor cantidad de grasa debajo, lo que mantiene las mejillas firmes y la piel tensa.

¿Qué puedes esperar a los treinta?

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Este es el período de la vida cuando todos los hábitos malos y dañinos de su período anterior entran en juego. Después de los 30, la piel del rostro pierde su tonicidad y aparecen en el rostro las primeras arrugas significativas, capilares rotos, enrojecimiento y pecas. No solamente eso, pero hiperpigmentación ocurre, como el melasma, que conduce a la aparición de manchas marrones en la frente, las mejillas y alrededor de la barbilla.

En la mayoría de las mujeres, se desarrolla durante el embarazo o inmediatamente después del parto debido al aumento de los niveles de hormonas sexuales femeninas que promueven el desarrollo de la pigmentación, especialmente en combinación con el sol. A menudo se desarrolla en mujeres que toman anticonceptivos o terapia de reemplazo hormonal. El problema de la pigmentación desigual se puede aliviar con el uso regular de exfoliantes faciales y varios sueros nocturnos que protegen la piel de la pigmentación desigual.

En cuanto a la forma de la cara, los primeros signos de pérdida de volumen aparecen en los años treinta, con mayor frecuencia en la mitad de la cara y el mentón. Esto hace que tu rostro empiece a tener un aspecto más envejecido y cansado, por lo que es necesario incluir en tu cuidado habitual productos que contengan colágeno y ácido hialurónico para mantener la belleza y el volumen de la piel.

¿Qué pasa con los años cuarenta?

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A esta edad es necesario mejorar la hidratación de la piel, pues se vuelve seca, lo que da lugar a que el contorno del rostro y las arrugas se acentúen. Es inteligente usar productos que contengan péptidos, en este momento.

Durante este período, el rostro también comienza a perder el tejido graso subcutáneo que tenías a los veinte años, pero no desaparece por igual en todas las zonas. Primero, las bolsas de grasa en el medio de la cara, alrededor de la barbilla y a lo largo de la mandíbula desaparecen, por lo que la cara se vuelve cada vez más relajada.

¿Qué otros factores afectarán los cambios en nuestros rostros?

En las mujeres, la menopausia es el período con más cambios en el cuerpo en general. Como consecuencia del bajo nivel de estrógeno en el cuerpo, se producen varios cambios en la piel, el órgano más grande de nuestro cuerpo. Se vuelve más delgada, menos elástica, seca y deshidratada, y propensa a las arrugas. Es más propenso a la hiperpigmentación (manchas oscuras y pecas) que son causadas por la exposición al sol a lo largo de los años. Además, debido al aumento compensatorio del nivel de hormonas andrógenas, puede aparecer vello no deseado en la cara, especialmente en la zona del mentón o encima de los labios.

El estrés es el segundo factor más común que lo afecta. Es la barrera exterior de nuestra piel, que consta de células epidérmicas estrechamente conectadas. Esta barrera mantiene la piel bien hidratada, pero también permite que las moléculas de las cremas y otros productos entren en la piel y así tratar los problemas de la piel. Cuando esa barrera se “rompe”, la piel no puede defenderse como antes, por lo que a todas las lesiones les cuesta más cicatrizar, surgen nuevos problemas y aumentan los existentes.

Además del hecho de que el estrés destruye la barrera de la piel, las personas bajo estrés también experimentan tener demasiada hormona llamada cortisol, que estimula la secreción de grasa en la piel.

Si te aconsejáramos que no te enfades y evites situaciones estresantes, estaríamos pidiendo lo prácticamente imposible. En este sentido, nuestro consejo es que aprendas a controlar las situaciones estresantes. Estamos seguros de que puedes educarte con la ayuda de libros, videos en Internet y una excelente manera de reducir el estrés es dedicarse a un hobby. Dibuja, escribe, baila, corre, anda en bicicleta y camina.

Conclusión

Fuente:forbes.com

Al final, esperamos haber logrado concienciarte sobre la importancia de cuidar tu piel. Como dijimos, el trabajo que le dediques hoy valdrá la pena en los años venideros.